miércoles, 15 de julio de 2009

Kele

-No, tranquila madre, estoy bien -dijo Kele
-Seguro? -contesto la voz de su madre a mas de mil kilometros de distancia
-Si... no te preocupes en serio, me va bien. Estoy ganando algo de dinero haciendo lo que me gusta
-De verdad? Has encontrado un trabajo?
-Si madre, canto en un local, en uno muy centrico. La gente no viene a verme a mi claro pero pasan por alli cientos de personas al dia, tengo un pianista para mi y todo
-OOOOOH KELE!!! ¿De verdad me lo dices? -casi podia ver las lagrimas de alegria cayendole a su madre por la mejilla
-Claro! Por fin lo he conseguido! Es algo cutre pero siempre hay que empezar por algun sitio! Ademas tiene bastante flexibilidad de horario y pagan mas o menos bien -Kele tampoco pudo controlar una lagrima que le caia por la mejilla
-Y que cantas hijo?
-Clasicos sobre todo madre, Los beatles, Bob Marley, alguna de Elvis...
-¡Cantame algo! -casi no la entendia entre la emocion y las lagrimas

Comenzó a cantar el principio de Let it be, su madre no podia dejar de llorar.

-Ay hijo!! Que feliz soy!
-Gracias Madre, yo tambien
-Me dejas mucho mas tranquila
-Lo se -dijo sonriendo y secandose las lagrimas.
-Te quiero hijo
-Y yo a ti Madre

Colgaron.

Kele se secó las lagrimas, recogió el gran estuche y el carrito que siempre llevaba consigo y salió de la cabina del locutorio. Se despidió hasta la semana proxima de la dueña (una joven Peruana bastante guapa que siempre le ponia ojitos) y salió a la calurosa calle del Julio Madrileño a las seis de la tarde. Caminó entre calles a la parada de metro mas cercana. Se subió al metro y comenzó a leer el periodico en busca de nuevas ofertas de empleo. Despues de un trasbordo y siete paradas llegó hasta Avenida America.

Siempre iba sonriendo. Desde pequeño habia aprendido que por muy jodidas que estuviesen las cosas siempre hay que tirar hacia adelante porque casi nunca hay otro sitio a donde ir.

Llegó a su esquina, hoy por suerte no estaba el anciano del acordeon. Se respetaban bastante pero a veces le pisaba el horario, sin mala intencion claro, pero siempre tardaba mucho en recoger. Instaló su amplificador y su piano y pulsó la tecla. Comenzó a sonar la melodia de "no woman no cry" y Kele se puso a cantar para todos aquellos viajeros que pasaban sin apenas prestarle atencion

Odiaba mentir a su madre, pero hasta que apareciese un productor musical ofreciendole trabajo y un contrato de artista iba a seguir haciendolo, ella era mas feliz asi y el tambien lo era mucho mas en sus mentiras.

Cuando llegó al estribillo cerró los ojos y en lugar de las tristes escaleras mecanicas del metro vio el club en el que siempre habia querido cantar.