domingo, 18 de enero de 2009

Epilogo

El sol, como casi todos los dias en Madrid, calentaba las calles a pesar de ser Enero. La calle de callao, como casi todos los dias en Madrid, estaba abarrotada de gente que iba de un lado para otro, bien por hacer compras, bien por pasear. Parejas y familias que aprovechaban el fin de semana, turistas de todas partes del mundo, musicos, mimos, gente que pedia socios para ONGes...

Eva paseaba sola, nadie habia querido acompañarla y se sentia demasiado encerrada en casa (era lo que ocurria en epocas de examenes cuando llevaba dos dias sin salir por culpa de los mismos) y queria desconectar un poco. Tras un largo paseo por sol llegó hasta la FNAC y, por curiosear y hacer tiempo pues no queria volver todavia a los libros, entró a ver si encontraba algo interesante. Nada mas entrar recordó que llevaba un tiempo sin leer nada asi que subió hasta la ultima planta para encontrar una novela para despues de examenes. Algo facil de leer, agil, que la distrajese durante el tiempo suficiente.

Tras varios libros descartados lo encontró.

Le llamó mas el autor que el titulo del libro y es que en letras grandes se podia leer, JOSÉ GARCÍA.

Lo cogió y sonrió para si misma. Lo cierto es que no habia sabido nada de José desde aquel dia, hacía ya casi un año, en el que se habían despedido en el anden de la estacion. No sabía donde había ido (pues él nunca se lo dijo) ni supo nada mas de él. Pero para sorpresa de Eva, aquel libro, que llevaba por titulo "Adios" era el libro mas vendido.

Leyó el resumen y su media sonrisa para si misma se convirtió en sonrisa completa y algo se movió dentro de si misma.

Lo abrió por el ultimo capitulo (pues ya conocía el resto de la historia) y cuando lo terminó no pudo evitar reir y soltar una lagrima de alegria ante los atonitos ojos del resto de los clientes.

Una señora mayor que pasaba por al lado le toco el hombro sacandola de sus pensamientos.

-Es muy bonito, ¿Verdad? -le dijo
-Si... lo ha leido?
-Si... me enganchó desde la primera pagina. Hacía tiempo que no me pasaba con una novela.
-Es bueno?
-Precioso. -la expresion de la señora cambió de pronto- Pero que pasa, ¿Usted no lo ha leido?
-Solo el ultimo capitulo, el resto ya lo conocía de antes.

La señora se quedó callada y confundida. Eva se despidió de ella dejandola con la palabra en la boca y fue a pagar.

+ + +

José estaba sentado en la mesa hablando con Carlos, un viejo amigo que era el que lo había metido en aquel lio.

-¿Cuanto falta?
-No mucho, algo mas de un cuarto de hora.

Se quedó callado.

-Nervioso?
-No... tampoco es que este nervioso... no se.
-Hacía cuanto que no pisabas Madrid?
-Pues... desde "Aquello"
-Tanto e?
-Sí.
-Y vuelves en la cima del exito.
-Tampoco te pases
-Eres el numero uno de ventas
-Este mes
-Eso suele durar.
-O no.

Volvió el silencio.

-Crees que ella lo sabe? -preguntó José.

+ + +

Eva pagó el libro.

-Vaya que sorpresa -dijo la cajera
-Que pasa?
-Que es el decimo cuarto ejemplar que pasa por está caja.
-Y eso.
-Como "¿Y eso?" por lo mismo que usted
Eva rió -No, no creo que sea por lo mismo que yo
-No lo hace por la sesion de firmas?
-Que sesion de firmas?

La cajera soltó una sonora carcajada.

+ + +

José estrechó la mano de la centesima señora a la que firmaba su libro. Con una sonrisa que no le apetecía nada poner le estrechó la mano.

-Me encanta su obra, es estupenda -dijo la siguiente emocionada.
-Gracias... ultimamente me lo dicen mucho -contestó él con la misma sonrisa cansada firmandole el libro.

Despues se asomó. Aún quedaba un monton de gente. Suspiró. Otro libro apareció y el, sin mirar a su propietaria (de momento solo había venido un hombre) lo abrió para firmarlo.

-Cambiaste el final -le dijo una voz familiar.

Su boli se detuvo de la sacudida que le dió el estomago. Levantó la cabeza para mirarla a la cara. Eva le devolvió la mirada con su perfecta sonrisa.

-Si -dijo él sonriendo, esta vez de corazon.
-¿Porque?
-Porque era un final mas literario. Si viviesemos en un cuento es como debería haber terminado.
Ella le sonrió -Tal vez.

José cerró el ejemplar de Eva y se lo devolvió.

-No me lo firmas.
-Ya lo tienes dedicado.
-¿Que?
-No te lo has leido
-Solo el final.
José sonrió -Pues ya lo tienes dedicado.

Eva se despidió y se dió la vuelta para irse.

-Eva! -le gritó para detenerla- Comes conmigo luego?
-Ya tuvimos un "final" José. -dijo sonriendo, pues no lo decía a modo de reproche si no porque los dos sabian que era verdad.- Nuestra historia acabó en aquel anden. y como suelen decir... segundas partes nunca fueron buenas

De nuevo se dió la vuelta para irse.

-Lo se -le gritó él.- Pero nunca tuvimos un epilogo
Eva rió- Entonces vale