Son las dos y es viernes.
Ayer fue jueves.
Ayer fue un mal jueves.
Es curioso... sabado malo... jueves malo... tal vez deberiamos buscarle un porque a todo. Tal vez, en lugar de dar tantas vueltas, solo tenga que ver los hechos en cada uno de los dias y ver que fue lo que fue mal. Que fue lo que no funcionó y desencadenó todo lo de mas.
En efecto ahi estas.
Dos dias... dos malos dias y tu en ellos. Estas en casi todos pero en los que mas presencia tienes tienden a ser los mas desastrosos. Tal vez sea por el peso de la etiqueta de pringao con el que me vuelvo a mi casa. Tal vez sea esa rabia con la que camino por mi calle y que me acompaña el resto del dia. Esa mala ostia por saber que, poco a poco, vuelvo a ser un pagafantas y no solo no intento evitarlo si no que, a sabiendas de que solo me voy a hundir un poquito mas, no me importa y ahi sigo.
Y lo peor de todo es que ni yo se porque lo hago.
Y no se si es que no lo se o que me da miedo reconocerlo.