martes, 14 de abril de 2009

El cielo arde y llueve sangre

-Bueno, va a contarme que es lo que ha pasado- dijo el doctor tranquilamente
-Que quiere decir? -dijo el paciente
-¿Sabe porque está aqui no es asi?
-Si, dicen que estoy loco
-¿Y sabe porque piensan eso?
-Porque no me creen
-Quien no le cree?
-Ninguno de ustedes. Son todos una panda de soplapollas y no quieren creerme, dicen que miento, que lo que digo no ha podido pasar, que es mentira, pero no es asi, ustedes son los locos
-Que es lo que cree que ha pasado?
-Quiere que se lo cuente verdad.... siii le encantaria que se lo contase... de hecho el solo hecho de pensar que se lo pueda contar ya hace que se le ponga dura, cree que no me doy cuenta pero le veo como se pone tieso por debajo de la mesa... pervertido de los cojones, igual es usted el que deberia estar sentado aqui y yo el que deberia hacer las preguntas.

El doctor se quito las gafas y se rasco los ojos.

-Por favor... llevamos asi una hora. Escuche, quiero que me cuente que es lo que le pasó hace dos dias, porque fue ingresado aqui, quiero oirselo decir a usted y solo a usted, quiero que la persona que lo vivio me lo cuente.
-Promete no reirse de mi como el resto de hijos de puta?
-Va a contarmelo?
-Pronetamelo
-Se lo prometo.

Y entonces el paciente comenzó su relato.

Su historia comenzaba una mañana de un dia cualquiera en su vida. Hasta entonces habia sido un reconocido agente de bolsa. No mantenia ninguna relacion con nadie aunque nunca le habian faltado mujeres con las que acostarse. Tenia mucha fuerza y una personalidad muy atrallente.

Aquella mañana sin embargo algo no iba mal. Hacia mas calor que de costumbre. La ducha no funcionaba y no le quedaba café. Sudando, dormido y sucio, vestido a todo correr creyendo que iba a llegar tarde salió a la calle.

El cielo estaba de un color rojo anaranjado. Se escuchaban truenos pero no parecia llover, y no habia nadie en la calle.

Aunque aquello le extrañó no le dio mas importancia ya que iba con prisa.

Cuando metio la llave en la puerta comenzó a llover. Y pronto se dió cuenta de lo que llovia no era agua.

-ERA SANGRE!! -gritó.
-¿Sangre?
-SI! SANGRE!!
-¿Y de quien era la sangre?
-Como espera que lo sepa.
-No lo se, tal vez lo supiese.
-Si le digo la verdad no creo que fuese de nadie.
-Asi que llovia sangre por arte de magia.
-Ha prometido que no se iba a reir de mi.
-Y no lo hago... solo resalto el hecho, para que usted lo entienda, que es fisicamente imposible que llueva sangre y aun mas imposible si no es de nadie. Pudo haber un accidente de avion y que fuese la sangre de los cadaveres, es una remota posibilidad pero puede pasar, lo que es imposible es que llueva sangre por arte de magia.
-No era un accidente
-Como lo sabe?
-Simplemente lo se... Quiere que siga con mi historia o no?
-No, lo que quiero que entienda es que que el fuego arda y que llueva sangre es algo que no puede pasar.

De pronto el paciente soltó un grito y se abalanzó sobre el doctor. En menos de diez segundos dos fronidos enfermeros se lo llevaron a rastras. Mientras lo hacia el se dió la vuelta y miró al doctor a los ojos con una mirada que le puso los pelos de punta.

-No estoy loco. NO ESTOY LOCO! -grito- Como espera que niegue algo que he sentido!?

El doctor se quedó sentado pensando en lo que acababa de decir.

Tal vez tuviese razon y al fin y al cabo no haya una diferencia real entre realidad y ficcion mientras nosotros sintamos lo contrario.