miércoles, 15 de abril de 2009

Estaba viendo este video:

http://www.youtube.com/watch?v=oC4FAyg64OI&eurl

(para los que no sepan lo que es hace cosa asi de un mes -o mas- se propuso en youtube tocar una sinfonia desde tu casa, es decir, te grabas tocando lo que sepas tocar y lo montan y luego gente de todo el mundo hará una sinfonia)

Y mientras lo veia me debatia me debatia entre la admiracion y la vergüenza.

Me explico. Me ha encantado el video. Cuando empiezan a tocar en serio todos (cuando empiezan las trompetas) no he podido evitar sentir que estaba viendo algo grande, algo nunca visto, algo que nunca volvera a repetirse porque ya está hecho y si se volviese a hacer no será lo mismo. Casi del mismo modo que verlo de nuevo no tendria ninguna gracia. He sentido ese escalofrio que deben sentir los americanos (y que siendo sincero, cuando era pequeño sentia) cuando ven las peliculas de Michael Bay. Ese orgullo absurdo al pensar en lo mucho que nos une internet.

Y ahi a comenzado la vergüenza.

No digo que no sea un buen video. No digo que no sea una idea cojonuda, una locura de la ostia llevada a cabo.

Pero... ¿De verdad nos une internet?

¿De verdad ese rollo de "personas de todo el mundo tocando una sinfonia" es algo mas que una parida de la ostia que probablemente se le ocurriese al tipo (o tipa) que lo ideo mientras cagaba?

Y he empezado a sentir vergüenza de mi mismo. De esa idea de que como yo probablemente todos los que vean el video (o muchos de ellos) sientan lo mismo.

Si es que...